Una de las preocupaciones más frecuentes, para los familiares y cuidadores, es la presencia de algún proceso patológico en el anciano.
El paciente senil tiene mayor prevalencia de enfermedades, en comparación con otros grupos de menor edad, lo que les hace recurrir con mayor frecuencia a los servicios asistenciales.
Muchos síntomas son interpretados de manera errónea, ó por el contrario minimizados, sin tomar en cuenta que la manifestación de la enfermedad en este grupo etario es variable, y en la mayoría de los casos no se corresponde con la presentación clínica típica.
Manifestaciones de enfermedad frecuentes en el anciano.
Las enfermedades en el anciano suelen ser las mismas que en el adulto. No existen enfermedades exclusivas del anciano; aunque algunas puedan relacionarse con la senilidad (“demencia senil”, enfermedades reumatológicas, cardiovasculares, procesos infecciosos , tumores, demencias..etc. ); sin embargo, el proceso de enfermedad en este grupo, presenta algunos aspectos característicos, debido a que la capacidad de respuesta inmunológica frente a los agentes externos se encuentra disminuida, así como también, la capacidad de adaptación y reserva funcional de los distintos aparatos y sistemas orgánicos.
En este grupo, la mayoría de las enfermedades se caracterizan por ser crónicas y degenerativas. Algunas de ellas han sido enfermedades agudas que evolucionan a patologías crónicas invalidantes, lo cual condiciona limitaciones funcionales importantes que afectan la capacidad para realizar sus actividades funcionales de vida diaria, incrementando el grado de dependencia e inmovilización.
Las enfermedades en el anciano suelen tener poca sintomatología, ó una forma de presentación atípica.
Algunos de los síntomas más frecuentes, son los siguientes:
Dolor:
Es una de las quejas más frecuentes; su presencia a veces desconcierta a familiares, ó cuidadores, quienes se angustian ante la diversidad de sus manifestaciones, que suele ir desde el dolor exacerbado inespecífico, hasta la ausencia total del mismo.
A veces ocurre que es muy difícil determinar la existencia, ó localización exacta del dolor, sobre todo en casos de demencia, ó en los que haya afectación neurológica secuelar por eventos vasculares, a nivel de las áreas corticales del lenguaje y/ó expresión.
Muchas veces el anciano puede ocultar el síntoma deliberadamente, sobre todo cuando ha sufrido una caída, debido a que él interpreta este hecho como pérdida de su autonomía, e inmimnente minusvalía.
En general el umbral del dolor en el anciano parece estar más elevado ó hay mayor tolerancia al mismo, en comparación con otros grupos etarios; sin embargo sus manifestaciones suelen ser diversas: desde pérdida del apetito, inmovilización, cambios en las posturas cotidianas, afectación de la marcha, depresión, aislamiento.
Los pacientes cuyo principal síntoma es el dolor, puede manifestarse a través de estados de schock; taquicardia, taquipnea, afectaciones digestivas (estreñimiento, diarrea, náuseas, vómitos), estados confusionales agudos (somnolencia, desorientación, alteraciones de conducta, agitación) ,ó restricción funcional para la movilidad secundaria a caída.
Es importante ante la sospecha de dolor, tomar en cuenta los siguientes datos: inicio, localización (en la medida de lo posible), tiempo de evolución, síntomas acompañantes y estado general.
Suministrar líquidos, mantener una dieta ligera, y observar objetivamente los síntomas.
Tratar de precisar antecedentes de caída, ó traumatismo previo es muy importante para ayudar a establecer un diagnóstico acertado.
Consultar al médico antes de administrar algún analgésico, ya que ésto puede enmascarar el dolor, y dificultar el diagnóstico.
Fiebre:
La presencia de fiebre en el anciano no es frecuente, sin embargo su existencia obliga a un estudio completo; ya que puede ser la manifestación inicial de algún proceso inflamatorio agudo, ó alguna patología crónica.
Es importante definir el concepto de fiebre, ya que la capacidad de regulación térmica del viejo es variable, por lo que puede presentar elevación de la temperatura cutánea superficial debido a exceso de abrigo, exposición a ambientes calurosos, ó deshidratación.
La fiebre es una respuesta fisiológica, ante la invasión del torrente sanguíneo, por algún agente infeccioso capaz de afectar los centros reguladores de temperatura corporal localizados en el sistema nervioso central, a nivel del hipotálamo.
La temperatura corporal normal oscila entre 36,5 a 37°C; por consiguiente: hablamos de febrícula a partir de los 37,5 a 38°C, y fiebre a partir de los 38,5°C.
Siempre es importante verificar la temperatura corporal ante la sospecha de fiebre. Es un error común interpretar su presencia a través del toque simple!!!!....”Tiene quebranto”…”Tiene fiebre porque está calientico”….
Es aconsejable, tener en casa un termómetro digital que mide la temperatura de la membrana timpánica,(la cual es la más exacta) de una manera práctica, sencilla, y segura; en su defecto, se puede colocar el termómetro convencional, debajo de la axila del anciano durante 3 minutos. Nunca debajo de la lengua!!!! A menos que su estado mental lo permita. Se pueden emplear también las cintas reactivas que se colocan sobre la frente, para cuantificar la temperatura superficial, sin embargo, se debe tener en cuenta que la temperatura cutánea, es susceptible a variaciones ambientales.
Taquicardia:
Definimos taquicardia como una frecuencia cardíaca mayor superior a 125 latidos cardíacos por minuto. Sin embargo una frecuencia cardíaca igual o mayor a 90 latidos por minuto, en estado basal, sin ingesta de medicamentos estimulantes cardíacos, ó antecedentes de trastornos de ritmo cardíaco, {o metabólicos (trastornos tiroideos, diabetes) deben ponernos en alerta.
Suele ser un síntoma frecuente en el anciano enfermo. Puede evidenciar la presencia de deshidratación, dolor, estado confusional agudo; ó la única manifestación de una enfermedad grave , no solo del aparato cardiovascular, sino también respiratorio, digestivo; ó endocrino.
Verificar la presencia de saliva, y volumen de orina durante el día; es importante también tomar en cuenta antecedentes de anemia crónica, ó pérdidas de sangre a través del tracto gastrointestinal (hemorragia digestiva, gastritis, hemorroides); así como medicamentos que recibe el paciente.
Tos y expectoración:
La tos es un mecanismo fisiológico mediante el cual el tracto respiratorio elimina el exceso de producción de moco que se acumula en las ramificaciones bronquiales. Depende de la integridad funcional del sistema ciliar, que es un conjunto de vellosidades que ayudan a expulsarlo, en coordinación con el sistema autonómico a través del reflejo tusígeno.
Su valor semiológico, es impreciso. Debe estar acompañado de otros signos, para que tenga algún valor diagnóstico, tales como fiebre, dificultad respiratoria, tiempo de evolución de los síntomas, y cambios en el aspecto y la coloración de la expectoración bronquial, desde blanquecino a verdoso amarillento.
No toda tos es “neumonía”, ni toda neumonía se manifiesta con “tos”… como ya habíamos comentado, las manifestaciones de las enfermedades en el anciano son atípicas.
Son importantes los antecedentes de patología broncopulmonar previos, hábitos tabáquicos, expósición prolongada a humo; así como también antecedentes alérgicos.
El 90% de las alergias respiratorias son debidas al ácaro común.
Ante la presencia de tos, se debe suministrar suficiente líquido a fin de fluidificar el moco y ayudar a su expulsión. El uso de antitusígenos, debe ser bajo indicación médica.
La última palabra siempre la tendrá el médico tratante, a la hora de indicar los estudios paraclínicos pertinentes, y el tratamiento adecuado.
Se recomienda el uso de los ejercicios respiratorios con TRI_FLO, que consiste en un sistema cerrado de tubos, que contiene 3 bolitas, las cuales se movilizan durante los movimientos respiratorios, a través de una boquilla. Es bastante sencillo, y ésto ayuda a mejorar la capacidad ventilatoria del anciano sano, y favorece la recuperación en los procesos de afectación broncopulmonar, como la neumonía.
La percusión torácica consiste en golpes secos, con la mano ahuecada, en forma simétrica y ascendente en la región posterior y lateral del tórax, con la finalidad de ayudar, a "despegar" el moco adherido a las paredes del árbol respiratorio a través de la vibración transmitida; sin embargo, debe ser sugerido por el médico, ó el fisioterapeuta, de acuerdo a la condición del paciente.
Taquipnea:
Se refiere a un aumento de la frecuencia respiratoria superior a 25 respiraciones por minuto.
Puede ser un síntoma relacionado con los cambios funcionales del envejecimiento; sin embargo ante un cuadro evidente, y sintomático se deben descartar enfermedades respiratorias, cardíacas, infecciosa, anemia severa, ó enfermedades cerebrovasculares.
Estado confusional agudo:
Constituye la manifestación más frecuente de afectación orgánica en el anciano. Suele ser aguda (<24 horas de aparición); por lo general su causa es extracerebral. Suele tener importante repercusión en la esfera cognitiva: alteraciones de conducta, alucinaciones, somnolencia.
Por lo general es la causa más común de consulta, por parte de familiares.
El estado confusional agudo ó delirio, amerita una evaluación clínica exhaustiva, a fin de determinar su etiología.
Por lo general son reversibles una vez establecida su causa; es de señalar que su etiología es múltiple: deshidratación, procesos infecciosos agudos; condición postquirúrgica; afectación respiratoria, cardiovascular; metabólica, traumatismo con ó sin fractura; neurológicas; medicamentosas. Sin embargo hay que resaltar que puede presentarse también ante un cambio de estancia, una institucionalización, hospitalización; ó cualquier circunstancia que afecte su estado psicológico.
La presencia de este síntoma debe ser evaluada por el médico lo más pronto posible.
Estreñimiento:
Es uno de los problemas más habituales, a los que se enfrentan cuidadores, familiares y geriatras.
Es motivo de queja frecuente en el anciano, muchas veces está asociado con inmovilización prolongada en cama; medicamentos; demencias; ó hábitos socio cultural, que muchas veces conducen al abuso de laxantes. Se debe descartar algún proceso patológico del tracto gastrointestinal (cáncer de cólon).
Existen en el mercado muchos productos destinados a aportar fibra vegetal, a fin de que las heces sean blandas y su expulsión fácil. No es aconsejable, el uso de laxantes de contacto, sin indicación médica.
Es motivo de queja frecuente en el anciano, muchas veces está asociado con inmovilización prolongada en cama; medicamentos; demencias; ó hábitos socio cultural, que muchas veces conducen al abuso de laxantes. Se debe descartar algún proceso patológico del tracto gastrointestinal (cáncer de cólon).
Existen en el mercado muchos productos destinados a aportar fibra vegetal, a fin de que las heces sean blandas y su expulsión fácil. No es aconsejable, el uso de laxantes de contacto, sin indicación médica.
Una de las principales causas del estreñimiento es la falta de ingesta de líquidos, y consumo adecuado de fibras, lo cual unido a la inmovilidad parcial ó total, hace que la motilidad del intestino grueso sea lenta, y las heces se mantengan mayor tiempo del requerido, para la absorción del agua que contienen; por lo que se producen heces duras, compactas cuya eliminación es muy dificultosa en forma voluntaria, por lo que algunas veces hay que proceder a su extracción.
(continuará)
(continuará)
Bueno, espero que esta nueva información sea de utilidad, a la hora de enfrentar alguno de “estos problemitas”... y recuerden siempre… que, cuando ya no les queda más, que sus arrugas y canas…somos nosotros, los custodios de su DIGNIDAD!!!!
Geronte.